
¿Estamos Humanizando por encima de nuestras posibilidades?
Humanizar está de moda y hay mucha gente subiéndose al carro de la Humanización, sin ton ni son, pero tal vez ¿Estamos humanizando por encima de nuestras posibilidades?
La primera vez que oí el termino “humanizar” fue a través del Proyecto HU-CI, con la “Humanización de los Cuidados Intensivos” capitaneado por Gabi Heras. Lo que nació como un proyecto de investigación, con el tiempo se hizo grande, muy grande. Así arrancó todo:
“El proyecto de investigación HU-CI (Humanizando los Cuidados Intensivos) nace de la necesidad de mejorar. De comprender que los Cuidados Intensivos están formados por mucha gente y que toda ella es igual de importante.Siempre andamos preocupados por el paciente, y aunque son los protagonistas, no son los únicos que participan es esta historia. Es el momento de pararse a pensar, y mirar 360º para ver que también hay familias, y también estamos los profesionales.Todos seres humanos, con nuestras luces y sombras.Os invito a volver a lo básico, en estos tiempos en que parece que la visión integral del ser humano está tan denostada por nosotros mismos que así nos va.Vamos a emprender un viaje hacia la revolución, que aunque no lo creáis, está en nosotros mismos.Vamos a mejorar entre tod@s la atención de las UCI, de los pacientes, familiares y profesionales. Y vamos a hacerlo juntos!!!
Una bofetada, necesaria, de realidad sobre lo que estaba sucediendo en estas unidades y cuya principal misión era la de mejorar la atención de las UCI. Unidades en las que parecía que era más importante la diuresis horaria que el “cómo se sentía el paciente”. Unidades donde durante muchos años se había olvidado el cuidado de lo invisible.
El trabajo de Concha, José Manuel, Pilar, Kathy, Macarena, José Carlos, Gabi y muchos otros, pronto comenzó a dar sus frutos. Ponencias, talleres, charlas y estudios científicos (muy necesarios por otra parte) hicieron que pronto todos nos fijásemos en esa faceta tan denostada por muchos profesionales sanitarios.
Pronto, el movimiento de la humanización se extendió a otras áreas como son las Urgencias, Gestión, Oncología, etc… áreas en las que también es más que necesario, pero aaaaaay amigo, mucha gente (sobre todo “los de arriba”) pensó :”mmmm esto de la humanización mola…VAMOS A HUMANIZAR”.
A todos se nos llena la boca diciendo 'el paciente en el centro', pero después no somos capaces de ponernos en su lugar. Clic para tuitear
De repente, la red se inundó de políticos juntando las manos para la foto ??, planes de humanización de la sanidad y la palabra “Humaniza” delante de cualquier título de ponencia, mesa de congreso, artículo científico o aparato tecnológico. Sí, incluso los aparatos son capaces de ser herramientas para humanizar y tenemos que humanizar hasta la ropa.
Perdón? pic.twitter.com/x5Ch7dxy1j
— Esther Gorjón (@jesterhanny) 18 de octubre de 2018

Hasta la ropa humanizamos ya…
Debido a este aluvión de humanización, no tardaron en llegar las voces críticas de entre algunos profesionales sanitarios que no entendían el cuidado de las personas sin la faceta humana de estos cuidados…
Habrá cosas en las que esté más de acuerdo con el movimiento de la “humanización”, cosas con las que menos, pero personalmente pienso que es muy necesario, nos ha hecho abrir los ojos, sobretodo a los que trabajamos en Cuidados Intensivos y que sin duda alguna ha ayudado (y mucho) tanto a familiares como a pacientes de estas unidades.
A todos se nos llena la boca diciendo “el paciente en el centro”, pero después no somos capaces de ponernos en su lugar. Nos enfadamos porque vienen 10 minutos tarde y a la consulta y a lo mejor no nos paramos en pensar que para poder venir se han tenido que levantar a las 5 de la mañana, coger un tren y un autobús para 10 minutos de visita con el médico. Tenemos un horario de visitas que hemos puesto nosotros porque así lo hemos creído, sin preguntar a las familias a que hora les viene mejor venir.
Hacía falta alguien que nos hiciera ver que se puede mejorar la atención, que no sólo se trata de curar heridas y aplicar tratamientos, que el alma también duele y a veces cura más un abrazo que un millón de unidades de penicilina. Y jode que un movimiento así se pueda ver empañado por la gente que se ha subido al carro de “lo que mola”.