Si escribes porque escribes, si respiras porque respiras y si te gustan las manzanas, porque no te gustan las peras. Seguro que los has visto en el anuncio de Campofrío tirando huevos contra el cristal del escaparate… Ellos son… “los ofendiditos”.
Hoy, a colación de un tuit de Eduardo Tornos (@etornosinza), he decidido recuperar un post que escribí en pleno calentón y que dejé reposando un tiempo, como está mandado.
Nada que escribas en un ataque de rabia/enfado/ira puede acabar bien. Este es el tuit en cuestión que me ha hecho recuperar esta entrada. He corregido algunos términos que usé en su día y que hoy, tras un tiempo de reflexión he visto que eran fruto del calentón ?
Con algunos en #Twitter es imposible acertar ?…
Todo el día #ofendiditos…
Si compartes, postureas
Si aportas, postureas
Si destacas, postureas
Si conversas, postureas
Si innovas, postureas
Si juegas, postureas
Y si te callas
…
¡Postureas! pic.twitter.com/j5ObAwOC2a
Cada vez son más visibles y notorios en Redes Sociales (RRSS). Gente que se ofende por cualquier cosa y aprovecha cualquier mínima ocasión para demostrarlo. Algunos de ellos son simples trolls que si te paseas por su perfil ves que está plagado de insultos y menosprecios con la única intención de adquirir notoriedad y de paso fastidiar al otro (o trollear como dicen los millenials). En este caso, el tratamiento está claro, no contestar y bloquear.
Pero, en la jungla de internet, hay otro tipo de personas que hacen más daño todavía y que se están convirtiendo en un auténtico cáncer para las Redes Sociales…los ofendiditos.
Si publicas un post, en cualquier red social, tal vez le guste a 100 personas y le ofenda a 2, pero esas 2 personas que se han sentido ofendidas hacen que, sin quererlo te sientas mal por ello.
No sabes muy bien porque, pero te acaba afectando. No te alegras por la gente que le ha gustado sino que te apena el poder haber ofendido a alguien. Los aspectos negativos pueden más que los positivos. Esto hace que a la próxima publicación trates de medir tus palabras y así sucesivamente con el resto de publicaciones hasta que llega un momento que no sabes qué coj… hacer para que nadie se ofenda.
La libertad de expresión se vende cara en nuestra sociedad. Raperos condenados a prisión por la letra de una canción (en los años 80, el 90% de los cantantes punk hubieran ido al trullo). Titiriteros que van a prisión por una obra con marionetas y lo que nos queda por ver. Esto tiene mala pinta, el gran hermano de George Orwell está más cerca de lo que creemos.
Una cosa es lo que “yo escriba” y otra “lo que tú entiendas”.
Es fácil malinterpretar un mensaje escrito. No hay entonación, no vemos a nuestro interlocutor y no podemos captar ciertos matices. Pero… ¿qué hacemos cuando malinterpretamos un mensaje? Nos ofendemos. Como cuando estamos conduciendo.
Nuestra actitud en Redes Sociales es la misma que cuando vamos conduciendo pero sin sacar el dedo corazón por la ventanilla. “Mira ese gilipollas, no ha puesto el intermitente” “Será imbécil, menudo frenazo ha pegado”. Eso sí, cuando lo hacemos nosotros… la cosa cambia.
A parte de esto, en RRSS sucede lo mismo que en las salas de espera, que es lo que yo llamo el efecto “Antorchas de los Simpson”. Cuando se juntan varias personas a las que algo les molesta, el saber que alguien te apoya en esto hace que tu nivel de ofensa crezca exponencialmente. Que es lo que pasa en los Simpsons cuando todo el pueblo provisto de antorchas se dirige hacia algún sitio.
Efecto Antorchas de los Simpsons
Ofendiditos, iros a la mierda freír espárragos.
Si te ha molestado que escribiera “iros” en lugar de “idos” o que haya utilizado un lenguaje soez:
Eres un ofendidito, así que ya sabes dónde te puedes ir…
Una cosa es debatir porque pensamos de forma distinta, que al fin y al cabo es uno de los aspectos más enriquecedores de las Redes Sociales. Del debate nacen nuevas ideas y eso hace que todos ganemos. Eso sí, en un debate sano, sin faltar al respeto y respetando a los otros. Pero otra cosa es que estamos llegando a un punto en que todo nos molesta, bueno, todo no, sólo lo de los demás, que nosotros lo hacemos todo bien.
Es gota malaya de los ofendiditos va horadando la roca hasta que hace que la gente deje de publicar, se abra cuentas anónimas para poder ser libre ala hora de expresarse o abandone las Redes Sociales.
Llega un momento que se te hinchan las pelotas y dices “Basta Ya”, y eso, más o menos es lo que me ha pasado a mi hoy (en realidad ya hace un tiempo de esto, recuerda que dejé reposar el post). Hoy ha caído la gota que ha colmado el vaso de la paciencia y que ha hecho que me decidiera a escribir este “post de calentón total”. Seguro que tú también lo has sufrido (y por desgracia lo sufrirás en el futuro) alguna vez.
Ojo, que no estoy diciendo que no nos podamos ofender por cosas que claman al cielo, ni que todos debamos pensar igual. Eso no es ser un ofendidito. El ofendidito de libro es el que se ofende por “chuminadas” y ese es el que hace daño de verdad…
He de decir que este es un post de los que necesitas escribir porque los dedos echan fuego, de los que tal vez, en frío te arrepientas y acabes no publicando (no sea que alguien se ofenda) y de los que no repasas ni la ortografía. Al final lo he publicado cambiando ciertas cosas (y corrigiendo la ortografía, of course).
A ver si en un futuro no muy lejano se encuentra algún tipo de quimioterapia 2.0 contra este cáncer que poco a poco está acabando con la esencia de las RRSS, que son los ofendiditos y evitamos que muera la libertad de expresión en nuestra sociedad y en las RRSS.
Quien me conoce sabe que soy fiel defensor del uso de las Redes Sociales de forma profesional dentro del ámbito de las Ciencias de la Salud, pero últimamente, me da la sensación que esto se nos está yendo de las manos…
Selfies que no vienen a cuento en horario laboral y con el uniforme puesto, Tuits que parecen panegíricos cuya única finalidad es la de demostrar que “meamos más lejos que nadie“, cuentas “profesionales” de Instagram que tan solo se nutren de imágenes morbosas con la única finalidad de atesorar miríadas de followers, gente que plagia el contenido de otros con tan sólo borrar un logo y poner su nombre… ¿Qué está pasando?
No sé si es porque me hago viejo o porque veo todo este mundillo 2.0 con ojos más maduros y con muchas cicatrices en la espalda, pero me da la sensación, como dice mucha gente, que esto ya no es lo que era…
Ya han sido varios posts hablando de las bondades de las Redes Sociales como el “Uso de Redes Sociales para buscar evidencia científica“. Hoy vamos a hablar de las consecuencias que nos pueden acarrear el mal uso de éstas.
Siempre digo que las Redes Sociales son una arma poderosísima a la hora de conectar con otros profesionales, trabajar de forma colaborativa, compartir conocimiento, etc… pero como toda arma, si no se utiliza bien nos puede explotar en la cara.
Ojo, que con todo esto no estoy diciendo “yo las uso bien y tú no”. Aquí, como en la vida, se aprende a base de palos, de los que yo me he llevado unos cuantos, pero me da la sensación que hay mucha gente que no calibra bien el riesgo que corre con según qué tipo de publicaciones. Y no estoy hablando de ofender a alguien con un tuit o ganarse 20 unfollows, estoy hablando de cosas más serias, repercusiones legales o laborales como el caso de las enfermeras que les dio por pegarse un bailecito (y compartirlo en RRSS) antes de una intervención quirúrgica y que fueron fulminantemente despedidas.
El ofendidismo en Redes Sociales.
En estos últimos días, se ha hecho viral el vídeo del parto del primer bebé del año en Guatemala. Mi primera reacción, igual que la de mucha gente, fue la de “ofenderme” (ayyyy cuantos ofendiditos en las Redes Sociales), hasta que alguien me hizo ver, que, a parte de ser otra cultura, tal vez fuera la propia madre la que pidiera que le grabaran de esa guisa, vete tú a saber, nos faltan datos. Lo que sí es cierto, es que en las RRSS siempre estamos con la escopeta cargada, a punto para ofendernos y lapidar al primero que se nos cruce por el camino… aunque no tengamos todos los datos disponibles (ojo, yo también lo he hecho y entono el “mea culpa“). Como bien me comentaron, somos profesionales sanitarios, no jueces.
¿Consideras que esto es considerado y respetuoso?
El rostro de la madre lo dice todo.
Este video de un parto en el área de maternidad del Hospital Roosevelt en #Guatemala ha indignado a muchos: denuncian violencia obstétrica. pic.twitter.com/4zTlAMcffs
Si todo lo anterior no fuera suficiente, con la última actualización de iOS, ya se puede ver en iphone el tiempo de uso del dispositivo móvily las horas que le dedicamos a diario a las RRSS. Ríete tú de las estadísticas sobre el uso de las RRSS. ¿Te has fijado las horas que le dedicas? Yo sí, y me he asustado…
Las Redes Sociales son uno de los ladrones de tiempo más potentes que hayan existido en los últimos años. Nos pasamos el día pendientes de la pantallita. Nos están hablando y sacamos el móvil en una de las mayores muestras de desprecio y falta de educación hacia la otra persona (lo he hecho en alguna ocasión y me avergüenzo de ello).
Las Redes Sociales y el smartphone se han convertido en una especie de “cigarrillo” digital. Cuando no sé que hacer…saco el móvil, que estoy nervioso….saco el móvil, que estoy aburrido….saco el móvil. Este cigarrillo no te llenará los pulmones de alquitrán,pero te va a robar lo más preciado y valioso de lo que disponemos…el tiempo.
Un reciente estudio ha demostrado que mirar el teléfono móvil hace que pasar el rato sea menos divertido. Un estudio publicado en el Journal of Experimental Social Psychology (1)investigó cómo los smartphones influyen en las interacciones entre personas. Para ello, hiciero que más de 300 personas compartieran una comida con amigos o familiares en una cafetería. Algunas de estas personas levaban sus teléfonos móviles, mientras que otras los apagaron. Los resultados demostraron que las personas que pusieron sus teléfonos fuera de su alcance disfrutaron su comida mucho más y fueron más felices.
El postureo.
Parece que “el postureo” se ha adueñado de las RRSS en general y de la e-salud en particular. El otro día lancé una encuesta en Twitter, que, si bien es cierto posee todos los sesgos del mundo, refleja el pensar de muchos de los que pululamos por el 2.0. Sigue habiendo contenido muy interesante, pero emborronado por el postureo, soliloquios de Twitter y clases magistrales de “Yo tengo razón y tú no”
¿Me ayudas contestando y difundiendo la encuesta? GRACIAS?
Últimamente en Redes Sociales, con respecto a e-salud hay más…
Ojo, que no estoy diciendo que lo del “postureo” esté bien o esté mal… Cada cual es dueño y señor de hacer lo que le dé la gana con sus cuentas en RRSS (faltaría más). El problema viene cuando este postureo nos puede acarrear repercusiones legales o laborales, y esto es lo que parece desconocer mucha gente que sube fotos, stories, vídeos, etc. durante su horario laboral, con el uniforme del hospital.
Para aclarar un poco más este tema, he consultado con Chema Antequera (@abogadoenferme). Si todavía no lo sigues en Twitter, ya estás tardando.
Las repercusiones legales del “postureo” en horario laboral siempre van a depender del caso concreto, de las circunstancias, del contexto, del mensaje, etc estos elementos hay que tenerlos muy en cuenta a la hora de determinar si hay una posible sanción (el régimen disciplinario es similar al penal en cuanto a las garantías para el denunciado). Vistas la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias y la Ley del Estatuto Marco se podría vulnerar:
1. El tiempo del postureo no es tiempo efectivo de disposición al centro y a la atención del paciente.
2. El postureo puede suponer un incumplimiento ético hacia la organización, y los pacientes pues puede romper el principio de confianza y responsabilidad en la atención.
3.- El postureo puede suponer una vulneración de la intimidad espacial/unidad al divulgar imágenes de espacios privados sin autorización del centro.
4.- Desde el plano de la seguridad del paciente igualmente, pues esos tiempos supone no atención sanitaria, una irresponsable disrupción de la necesaria atención a los pacientes.
5.- Puede ser una falta muy grave por incumplimiento notorio de sus funciones. En este caso según la gravedad puede suponer la pérdida de la condición de personal estatutario, y durante los siguientes 6 años no puede opositar ni estar en bolsas contratación.
6.- Y bueno, si hay pacientes inconscientes en el postureo por ejemplo, o algo que suelo ver mucho (fotos de las HC) es un grave delito de revelación o descubrimiento de secretos.
Fotos haciendo como que dormimos, con los pies encima de la mesa, con pacientes a los que se les puede conocer…????????
Cuidado con el postureo en #RRSS…Nos podemos buscar un buen lío…#Enfermeríapic.twitter.com/tiJLT4w7a4
No basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo. Pues lo mismo con los profesionales sanitarios. Está claro que en un turno de 8-12 horas hay tiempo para el buen rollo, las bromas entre compañeros y la distensión. Trabajamos sometidos a mucha presión y en ocasiones, ésta es nuestra válvula de escape. Pero debemos ser conscientes de la imagen que transmitimos a familiares y pacientes.
En un turno de 12 horas, que no hayas parado ni para ir al wc, si cuando entra un familiar te ve sentado en la silla mirando el facebook en el móvil, pensará que llevas así todo el día (porque es la imagen que le hemos transmitido). Llevando este ejemplo al 2.0, si alguien ve una foto tuya en Instagram con el uniforme y los pies en alto mirando la tv, pensará que a eso te dedicas durante todo el turno. El problema viene cuando esa foto se puede viralizar y ser vista por millones de personas que pensarán que en lugar de cuidar a tus pacientes te dedicas a ver la televisión con los pies en alto.
SI has llegado leyendo hasta aquí (que menudo tochaco me ha salido hoy), no quisiera que te quedaras con la idea de que este post es una regañina de abuelo cebolleta, si no más bien un toque de atención. Está claro que las Redes Sociales son un ente vivo y cuyas reglas de funcionamiento cambian minuto a minuto. Es importante que nos sepamos amoldar a estas nuevas reglas de juego, pero siempre teniendo en cuenta las repercusiones que nos puede acarrear un mal uso de ellas.
Usemos esta arma, pero usémosla bien.
Bibliografía
1.
Dwyer R, Kushlev K, Dunn E. Smartphone use undermines enjoyment of face-to-face social interactions. Journal of Experimental Social Psychology. 1 de noviembre de 2017;78.
Si vas a hacer un trabajo de investigación, tal vez el último sitio donde se te ocurriría buscar evidencia científica es en las Redes Sociales. En el post de hoy te voy a mostrar cómo puedes hacerlo ¿Te interesa? (más…)
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