¿Todo vale en e-salud?

¿Todo vale en e-salud?

La e-salud evoluciona a la velocidad de la luz (nunca mejor dicho). Esto unido a otras cuestiones que veremos a continuación hace que me pregunte ¿Todo vale en e-salud?

Primero que todo, feliz año nuevo. Nunca he tenido claro hasta qué día se puede felicitar el año nuevo, pero tratándose del primer post del 2020 no podía dejar de hacerlo, pero vamos al lío que me disperso.

1. ¿Nuevo o recién conocido?

A día de hoy, me sigue sorprendiendo cuando me llaman para formar parte en un Congreso de una mesa de “Nuevas Tecnologías” y hablar de Redes Sociales (Really George?).

¿Redes Sociales como “Nuevas Tecnologías”?

Hará un par de años, en una conferencia en la Universidad Católica de Valencia, al preguntar a los estudiantes de Enfermería sobre quién tenía perfil de facebook, la respuesta de una de ellas fue :” Facebook es de viejos”. Y con esto creo que está todo dicho.

Aceptamos como nueva aquella tecnología que acabamos de descubrir, aunque haga años que esté en uso. Clic para tuitear

Existen algunas Redes Sociales, como es el caso de TikTok, que llevan poco tiempo entre nosotros, pero otras, como Twitter, ya hace 14 añazos que existen.

Esto es lo que sucede un poco en todo el ámbito de la e-salud, aceptamos como nueva aquella tecnología que acabamos de descubrir, aunque haga años que esté en uso.

2. Decalaje de la investigación.

Es indudable la velocidad a la que se desarrollan los nuevos avances tecnológicos, y más, en los últimos años desde la irrupción de internet en nuestras vidas. Esto, lo explica a la perfección el maestro Chema Cepeda en su post “Salud exponencial, profesionales y adaptación al cambio”.

Es necesario integrar la investigación basada en la evidencia en el diseño, desarrollo e implementación de tecnologías de salud para mejorar su seguridad y reducir los errores inducidos por la tecnología. Clic para tuitear

Pero por otra parte, los estudios que se realizan sobre la seguridad de estas nuevas tecnologías van a otra marcha…

Por mucho que lo intente, la evidencia científica no puede correr tanto como los avances tecnológicos.

Por mucho que se quiera correr, los estudios científicos rigurosos, requieren su tiempo, y más si se trata de evaluar el funcionamiento de un nuevo dispositivo tecnológico.

Ya existen en el mercado artilugios que se anuncian a bombo y platillo sin estar su uso avalado por la evidencia científica, como es el caso de los dispositivos antiatragantamiento.

Es necesario integrar la investigación basada en la evidencia en el diseño, desarrollo e implementación de tecnologías de salud para mejorar su seguridad y reducir los errores inducidos por la tecnología (1).

3. “English palabros” en e-salud que molan mucho.

El mundo de la e-salud (o e-health), al igual que en muchas otras facetas de nuestra vida cotidiana, está plagado de palabros en inglés que puede hacer que la gente de cierta edad no sepa ni de qué se está hablando.

Hoy en día, nuestros amigos ya no salen ni a correr, ni a entrenar, salen a “runnear”. Pues lo mismo pasa en el campo de la tecnología aplicada a la salud.

God Save los “palabros en inglés”

Devices, Management, Cloud, CEO, Cookie, Googlear, y muchos otros términos son ya habituales en el ámbito de la e-salud.

4. Lo que pone en internet es cierto.

Ésta suele ser una de las máximas que más se repite. A día de hoy, sigue habiendo gente que cree que porque algo aparezca en internet, tiene que ser verdad. Nada más lejos de la realidad.

No creas todo lo que leas en internet. Clic para tuitear

Tenemos que leer todas las noticias con lupa y tratar de contrastar la información que estamos leyendo y más aún si de temas de salud se trata.

Abraham Lincoln ya lo decía

Es importante que formemos a los pacientes en este sentido, ya que, querramos o no, el Dr. Google será el primer médico al que acuda la gente en busca de información y, aunque los algoritmos de Google están muy logrados, de momento todavía no filtra la información de salud por la calidad/veracidad de ésta.

5. Vende-humos en e-salud.

De lo anteriormente expuesto se aprovechan los charlatanes. Si en el salvaje oeste se dedicaban a ir de pueblo en pueblo con su carreta vendiendo crecepelos y products milagrosos, ahora sólo tienen que abrir una página web y solicitar un crowdfunding para productos que finalmente no ven la luz. Miles de pacientes, esperando ser los primeros en disponer de este aparato aflojan sus carteras sin ser conscientes del engaño.

Cuidado con los vende-humos.

Algo así, parece haber pasado con el Airing, una de las entradas con más visitas en el blog. Al cabo del tiempo y tras seguirle la pista a este “aparatito”, parece que todo ha sido un bluf del que se están aprovechando muchos vendehumos y ya hay incluso réplicas en páginas chinas (replicas que por supuesto no funcionan ni están avaladas por ningún organismo).

Así que, seamos cautos, que no todo vale en el campo de la e-salud.


Bibliografía

  1. Borycki EQuality and Safety in eHealth: The Need to Build the Evidence J Med Internet Res 2019;21(12):e16689Base. DOI: 10.2196/16689. PMID: 31855183
Identidad digital para profesionales de la salud

Identidad digital para profesionales de la salud

Igual que, al pasear por la playa vamos dejando nuestras huellas, al navegar por internet, también. Esas fotos de Instagram que subimos, los likes que damos en facebook e incluso los clicks que hacemos al navegar por la red conforman nuestra “identidad digital”.

Seguro que alguna vez te ha pasado oír hablar de alguien a quien no conoces ¿qué haces? pues lo buscas en internet, en alguna Red Social o directamente en Google. Lo mismo que hacen las empresas a la hora de contratar personal.

La información sobre nosotros que aparece en la red es lo que se conoce como identidad digital y está ahí, lo quieras o no, porque aunque tú no seas de los que subes nada a la red, tal vez, alguien lo haga por ti.

Como profesionales sanitarios es de vital importancia que trabajemos en establecer y gestionar una identidad digital. Clic para tuitear

Vivimos en una sociedad digital en la que un vídeo viral da la vuelta al mundo en cuestión de segundos, incluso sin la autorización o el conocimiento del protagonista de él. ¿Recuerdas esa borrachera que te cogiste y que subieron tus amigos a Instagram? Pues tal vez te haga perder algún empleo…

¿Como puedo descubrir mi identidad digital?

Para saber qué es lo que existe en la red sobre nosotros mismos es tan fácil com practicar el “egosurfing“. Para ello, nada tan fácil como escribir nuestro nombre y apellidos (entrecomillado para que la búsqueda sea exacta) en Google.

Egosurfing. Buscar la información sobre uno mismo que hay en la red

Tal vez no hayas subido nada, pero seguro que tu nombre aparece, aunque sea en algún documento oficial (nombramiento, sanción administrativa, etc.), noticia o publicaciones de otras personas.

¿Conoces tu identidad digital como profesional de la salud? Clic para tuitear

Aquí podríamos entrar en el debate de crear una “Marca personal”, aunque, personalmente, no me acaba de gustar el término ya que, bajo mi punto de vista, tiene reminiscencias al mundo del marketing. Cuando oigo hablar de “marca personal”, me da la sensación de que uno “trata de venderse” a toda costa. Tal vez esté equivocado, tal vez no…

Identidad digital vs Reputación on-line.

Mientras la identidad digital depende de ti, la reputación on-line depende de lo que “los otros” piensen de ti.

En algún sitio leí una vez (maldita memoria de Dory) que la reputación es lo que la gente dice de ti cuando abandonas una habitación. Pues con la reputación on-line pasa lo mismo. Puedes subir muchísimo contenido y creer que eres un “Gurú” de las Redes Sociales y que la gente piense que eres un patán.

Cuanta gente, al leer contenidos de enfermeras o médicos en Redes Sociales piensa:”Buahhhh, este tio/ es un Crack, como me gustaría que trabajara conmigo” pero… ¿Lo has visto desarrollar su labor asistencial? ¿Sabes si les habla mal a sus pacientes? Tal vez sólo tenga mucha labia, el don de la escritura y un ego que si salta desde él lo tiene que hacer con paracaídas para no matarse.

Recuerda, no todo lo que lees en internet es cierto solo porque esté ahí…

Pero ¿y las huellas que dejamos sin querer?

Likes, me gusta, visitas a diversas páginas… ¿Qué pasa con todas estas huellas que vamos dejando sin querer mientras navegamos por la red? La respuesta es bien sencilla, son un filón.

Tal vez no te importe que Google sepa qué páginas visitas con mayor asiduidad o que Amazon se interese por los artículos que más sueles consultar, pero con toda esta ingente cantidad de datos, mucha gente se está forrando e incluso se puede llegar a influenciar en las elecciones presidenciales como sucedió en USA con el caso de Cambridge Analytica

Te recomiendo que le eches un vistazo a estos vídeos que de seguro te harán cambiar de opinión…

Empieza a trabajar en mejorar tu identidad digital

Ingresan a un familiar tuyo en la UCI y te quedas con el nombre (y la cara) del doctor que te ha informado sobre su estado de salud. Al llegar a casa se te ocurre hacer una “investigación” sobre lo que aparece en internet sobre este médico y de repente empiezan a aparecer fotos de este médico borracho, publicaciones despectivas o insultantes ¿Qué pensarías? (Ojo que esto es un ejemplo completamente inventado)

Es por ello que, como profesionales de la salud es de vital importancia que empecemos a trabajar en nuestra identidad digital. Que lo que aparezca en la red sobre nosotros sea lo que queremos que aparezca.

Si quieres estar arriba en los resultados de búsqueda sobre salud, además de sus recomendaciones SEO generales, tienes que ser profesional sanitario reconocido con “huella en la red”.

Eduardo Tornos (@etornosinza)

Jose María Cepeda (@ChemaCepeda), en su último libro (1) recoge a la identidad digital como una de las 7 competencias clave que todo profesional de la salud debe desarrollar.

Los amigos de Salus Play* tienen un curso sobre identidad, reputación online e influencia digital en salud a través del cual también podrás aprender (mucho mejor que con este post) a manejar tu identidad digital.

Tal vez pienses que no es preciso trabajar la identidad digital porque no todo el mundo navega por la red. También había gente que, a mediados de los 80-90, decía que un teléfono móvil no serviría para nada…

*Post no patrocinado.

Bibliografía

1. Cepeda JM. 7 competencias clave hacia una salud digital [Internet]. Salud Conectada. Valladolid; 100 p. Disponible en: https://saludconectada.com/

[Editado el 7 de agosto de 2019]

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