Igual que, al pasear por la playa vamos dejando nuestras huellas, al navegar por internet, también. Esas fotos de Instagram que subimos, los likes que damos en facebook e incluso los clicks que hacemos al navegar por la red conforman nuestra “identidad digital”.
La información sobre nosotros que aparece en la red es lo que se conoce como identidad digital y está ahí, lo quieras o no, porque aunque tú no seas de los que subes nada a la red, tal vez, alguien lo haga por ti.
Vivimos en una sociedad digital en la que un vídeo viral da la vuelta al mundo en cuestión de segundos, incluso sin la autorización o el conocimiento del protagonista de él. ¿Recuerdas esa borrachera que te cogiste y que subieron tus amigos a Instagram? Pues tal vez te haga perder algún empleo…
¿Como puedo descubrir mi identidad digital?
Para saber qué es lo que existe en la red sobre nosotros mismos es tan fácil com practicar el “egosurfing“. Para ello, nada tan fácil como escribir nuestro nombre y apellidos (entrecomillado para que la búsqueda sea exacta) en Google.
Egosurfing. Buscar la información sobre uno mismo que hay en la red
Tal vez no hayas subido nada, pero seguro que tu nombre aparece, aunque sea en algún documento oficial (nombramiento, sanción administrativa, etc.), noticia o publicaciones de otras personas.
Aquí podríamos entrar en el debate de crear una “Marca personal”, aunque, personalmente, no me acaba de gustar el término ya que, bajo mi punto de vista, tiene reminiscencias al mundo del marketing. Cuando oigo hablar de “marca personal”, me da la sensación de que uno “trata de venderse” a toda costa. Tal vez esté equivocado, tal vez no…
Identidad digital vs Reputación on-line.
Mientras la identidad digital depende de ti, la reputación on-line depende de lo que “los otros” piensen de ti.
En algún sitio leí una vez (maldita memoria de Dory) que la reputación es lo que la gente dice de ti cuando abandonas una habitación. Pues con la reputación on-line pasa lo mismo. Puedes subir muchísimo contenido y creer que eres un “Gurú” de las Redes Sociales y que la gente piense que eres un patán.
Cuanta gente, al leer contenidos de enfermeras o médicos en Redes Sociales piensa:”Buahhhh, este tio/ es un Crack, como me gustaría que trabajara conmigo” pero… ¿Lo has visto desarrollar su labor asistencial? ¿Sabes si les habla mal a sus pacientes? Tal vez sólo tenga mucha labia, el don de la escritura y un ego que si salta desde él lo tiene que hacer con paracaídas para no matarse.
Recuerda, no todo lo que lees en internet es cierto solo porque esté ahí…
Pero ¿y las huellas que dejamos sin querer?
Likes, me gusta, visitas a diversas páginas… ¿Qué pasa con todas estas huellas que vamos dejando sin querer mientras navegamos por la red? La respuesta es bien sencilla, son un filón.
Tal vez no te importe que Google sepa qué páginas visitas con mayor asiduidad o que Amazon se interese por los artículos que más sueles consultar, pero con toda esta ingente cantidad de datos, mucha gente se está forrando e incluso se puede llegar a influenciar en las elecciones presidenciales como sucedió en USA con el caso de Cambridge Analytica
Te recomiendo que le eches un vistazo a estos vídeos que de seguro te harán cambiar de opinión…
Empieza a trabajar en mejorar tu identidad digital
Ingresan a un familiar tuyo en la UCI y te quedas con el nombre (y la cara) del doctor que te ha informado sobre su estado de salud. Al llegar a casa se te ocurre hacer una “investigación” sobre lo que aparece en internet sobre este médico y de repente empiezan a aparecer fotos de este médico borracho, publicaciones despectivas o insultantes ¿Qué pensarías? (Ojo que esto es un ejemplo completamente inventado)
Es por ello que, como profesionales de la salud es de vital importancia que empecemos a trabajar en nuestra identidad digital. Que lo que aparezca en la red sobre nosotros sea lo que queremos que aparezca.
Si quieres estar arriba en los resultados de búsqueda sobre salud, además de sus recomendaciones SEO generales, tienes que ser profesional sanitario reconocido con “huella en la red”.
Jose María Cepeda (@ChemaCepeda), en su último libro (1) recoge a la identidad digital como una de las 7 competencias clave que todo profesional de la salud debe desarrollar.
Tal vez pienses que no es preciso trabajar la identidad digital porque no todo el mundo navega por la red. También había gente que, a mediados de los 80-90, decía que un teléfono móvil no serviría para nada…
*Post no patrocinado.
Bibliografía
1. Cepeda JM. 7 competencias clave hacia una salud digital [Internet]. Salud Conectada. Valladolid; 100 p. Disponible en: https://saludconectada.com/
Si escribes porque escribes, si respiras porque respiras y si te gustan las manzanas, porque no te gustan las peras. Seguro que los has visto en el anuncio de Campofrío tirando huevos contra el cristal del escaparate… Ellos son… “los ofendiditos”.
Hoy, a colación de un tuit de Eduardo Tornos (@etornosinza), he decidido recuperar un post que escribí en pleno calentón y que dejé reposando un tiempo, como está mandado.
Nada que escribas en un ataque de rabia/enfado/ira puede acabar bien. Este es el tuit en cuestión que me ha hecho recuperar esta entrada. He corregido algunos términos que usé en su día y que hoy, tras un tiempo de reflexión he visto que eran fruto del calentón ?
Con algunos en #Twitter es imposible acertar ?…
Todo el día #ofendiditos…
Si compartes, postureas
Si aportas, postureas
Si destacas, postureas
Si conversas, postureas
Si innovas, postureas
Si juegas, postureas
Y si te callas
…
¡Postureas! pic.twitter.com/j5ObAwOC2a
Cada vez son más visibles y notorios en Redes Sociales (RRSS). Gente que se ofende por cualquier cosa y aprovecha cualquier mínima ocasión para demostrarlo. Algunos de ellos son simples trolls que si te paseas por su perfil ves que está plagado de insultos y menosprecios con la única intención de adquirir notoriedad y de paso fastidiar al otro (o trollear como dicen los millenials). En este caso, el tratamiento está claro, no contestar y bloquear.
Pero, en la jungla de internet, hay otro tipo de personas que hacen más daño todavía y que se están convirtiendo en un auténtico cáncer para las Redes Sociales…los ofendiditos.
Si publicas un post, en cualquier red social, tal vez le guste a 100 personas y le ofenda a 2, pero esas 2 personas que se han sentido ofendidas hacen que, sin quererlo te sientas mal por ello.
No sabes muy bien porque, pero te acaba afectando. No te alegras por la gente que le ha gustado sino que te apena el poder haber ofendido a alguien. Los aspectos negativos pueden más que los positivos. Esto hace que a la próxima publicación trates de medir tus palabras y así sucesivamente con el resto de publicaciones hasta que llega un momento que no sabes qué coj… hacer para que nadie se ofenda.
La libertad de expresión se vende cara en nuestra sociedad. Raperos condenados a prisión por la letra de una canción (en los años 80, el 90% de los cantantes punk hubieran ido al trullo). Titiriteros que van a prisión por una obra con marionetas y lo que nos queda por ver. Esto tiene mala pinta, el gran hermano de George Orwell está más cerca de lo que creemos.
Una cosa es lo que “yo escriba” y otra “lo que tú entiendas”.
Es fácil malinterpretar un mensaje escrito. No hay entonación, no vemos a nuestro interlocutor y no podemos captar ciertos matices. Pero… ¿qué hacemos cuando malinterpretamos un mensaje? Nos ofendemos. Como cuando estamos conduciendo.
Nuestra actitud en Redes Sociales es la misma que cuando vamos conduciendo pero sin sacar el dedo corazón por la ventanilla. “Mira ese gilipollas, no ha puesto el intermitente” “Será imbécil, menudo frenazo ha pegado”. Eso sí, cuando lo hacemos nosotros… la cosa cambia.
A parte de esto, en RRSS sucede lo mismo que en las salas de espera, que es lo que yo llamo el efecto “Antorchas de los Simpson”. Cuando se juntan varias personas a las que algo les molesta, el saber que alguien te apoya en esto hace que tu nivel de ofensa crezca exponencialmente. Que es lo que pasa en los Simpsons cuando todo el pueblo provisto de antorchas se dirige hacia algún sitio.
Efecto Antorchas de los Simpsons
Ofendiditos, iros a la mierda freír espárragos.
Si te ha molestado que escribiera “iros” en lugar de “idos” o que haya utilizado un lenguaje soez:
Eres un ofendidito, así que ya sabes dónde te puedes ir…
Una cosa es debatir porque pensamos de forma distinta, que al fin y al cabo es uno de los aspectos más enriquecedores de las Redes Sociales. Del debate nacen nuevas ideas y eso hace que todos ganemos. Eso sí, en un debate sano, sin faltar al respeto y respetando a los otros. Pero otra cosa es que estamos llegando a un punto en que todo nos molesta, bueno, todo no, sólo lo de los demás, que nosotros lo hacemos todo bien.
Es gota malaya de los ofendiditos va horadando la roca hasta que hace que la gente deje de publicar, se abra cuentas anónimas para poder ser libre ala hora de expresarse o abandone las Redes Sociales.
Llega un momento que se te hinchan las pelotas y dices “Basta Ya”, y eso, más o menos es lo que me ha pasado a mi hoy (en realidad ya hace un tiempo de esto, recuerda que dejé reposar el post). Hoy ha caído la gota que ha colmado el vaso de la paciencia y que ha hecho que me decidiera a escribir este “post de calentón total”. Seguro que tú también lo has sufrido (y por desgracia lo sufrirás en el futuro) alguna vez.
Ojo, que no estoy diciendo que no nos podamos ofender por cosas que claman al cielo, ni que todos debamos pensar igual. Eso no es ser un ofendidito. El ofendidito de libro es el que se ofende por “chuminadas” y ese es el que hace daño de verdad…
He de decir que este es un post de los que necesitas escribir porque los dedos echan fuego, de los que tal vez, en frío te arrepientas y acabes no publicando (no sea que alguien se ofenda) y de los que no repasas ni la ortografía. Al final lo he publicado cambiando ciertas cosas (y corrigiendo la ortografía, of course).
A ver si en un futuro no muy lejano se encuentra algún tipo de quimioterapia 2.0 contra este cáncer que poco a poco está acabando con la esencia de las RRSS, que son los ofendiditos y evitamos que muera la libertad de expresión en nuestra sociedad y en las RRSS.
En ocasiones, la brillante luz del 2.0 nos deslumbra y no nos permite ver más allá. Palabros como “visibilizar, humanizar,influencer” etc… llenan las pantallas de nuestros dispositivos pero ¿Qué hay más alla del 2.0? ¿Estamos solos en la blogosfera enfermera? (más…)
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